Bartolomé Madrid Olmo 08/12/2012
En
algún lugar de mi memoria se mantienen muy presentes imágenes de una
infancia feliz, vivida en gran parte en las calles de mi pueblo. En
aquellas calles terrizas recuerdo especialmente el transitar cansino de
carros y carrillos de mano cargados con las cántaras de leche de muchas
familias, que en una economía de subsistencia luchaban por salir
adelante. Aquella foto fija de un pasado no tan lejano ha cambiado sin
solución de continuidad a otra mucho más dinámica, la que hoy percibimos
a diario en Los Pedroches con el trasiego continuo de camiones cisterna
de Covap recogiendo la leche en explotaciones que han conseguido ser un
modelo de eficiencia y calidad en sus producciones.
No ha sido un
milagro ya que lo que ha ocurrido en Los Pedroches con el sector lácteo
no es otra cosa que el simple fruto de un gran esfuerzo y de mucha
constancia en el trabajo. Así, los ganaderos de Los Pedroches han
logrado convertirse en el motor económico de su territorio y contribuir
de manera decisiva al desarrollo de un medio rural que carece de otras
oportunidades para poder mantener su población.
En el momento actual,
tristemente, el desarrollo y la supervivencia de ese medio rural esta
en posición de jaque-mate. La situación de los ganaderos es totalmente
insostenible porque son ya muchos los meses en los que producir un litro
de leche les cuesta más dinero del que perciben por el mismo. Recibir
0,35 euros por un litro de leche que cuesta producirlo 0,40 no puede
llevar nada más que a la ruina de muchas familias y a situaciones tan
esperpénticas como las que hoy vivimos en Los Pedroches, viendo agonizar
las explotaciones ganaderas en las que sus propietarios se ven
obligados a ir vendiendo una vaca tras otra para poder mantener el
resto. Según datos del Ministerio de Agricultura el cierre de
explotaciones es una sangría continua y son más de 600 las que han
desaparecido en este año. Mientras tanto la distribución y
principalmente las grandes cadenas de alimentación se regocijan en unas
prácticas tan abusivas, como poco éticas, que están destrozando este
sector al utilizar la leche como producto reclamo en sus lineales,
vendiendo por debajo de su coste o incluso regalándola.
Pero también
podemos ver cómo muchas de esas marcas blancas que se venden a tan bajo
precio carecen de una información adecuada al consumidor y suelen ser
calificadas con muy bajas puntuaciones en los análisis de calidad que
llevan a cabo las organizaciones de consumidores. Las grandes cadenas
contribuyen con su política de ventas al desmantelamiento del sector
lácteo ya que los bajos precios a los que venden (entre 45 y 50 céntimos
litro) o las estrategias de regalar leche por un volumen de compra solo
pueden contribuir al hundimiento del mismo.
A esta situación se une
la dejadez que ha existido por parte de las administraciones estatal y
autonómica durante los últimos años y la insensibilidad con este sector
que tuve la oportunidad de comprobar cuando en el año 2009 ante los
primeros síntomas de esta grave crisis presenté, como parlamentario
andaluz, una proposición no de Ley con un decálogo de medidas de apoyo
al sector .
Si este panorama lo aderezamos con la inexistencia de una
interprofesional fuerte y con la escasa conciencia ciudadana para
defender nuestros productos, en conjunto se forma un cóctel mortal de
necesidad para el sector.
Hoy, como alcalde de un municipio de Los
Pedroches y como vecino y amigo de muchos ganaderos, a los que veo
sufrir día a día, quiero pedir a todos los cordobeses una pequeña pero
vital reflexión para que se paren a pensar en la importancia que tiene
el coger una caja de leche u otra cuando van al supermercado. Quizás
sería demasiado osado por mi parte pedirle a las personas que se
encuentran en graves dificultades económicas el que paguen 10 o 15
céntimos más por un litro de leche, pero sí que me atrevo a pedirle a la
gran mayoría de la población que mantiene su poder adquisitivo, que
compre leche de nuestra tierra, leche con la marca Covap, porque detrás y
dentro de esa marca avalando los 10 o 15 céntimos que puede costar más
que una de esas marcas blancas hay leche de una calidad extraordinaria,
550 trabajadores, 15.000 socios y más de 100.000 personas en su
territorio de influencia que se benefician de sus ventas. Apostar por
las marcas blancas con las que las multinacionales están destrozando el
sector no puede significar otra cosa que arriesgarse a beber un líquido
blanco parecido a la leche y apoyar unas prácticas comerciales poco
éticas que esclavizan y arruinan a todo un sector productivo. El impacto
que puede tener en la cesta de la compra apoyar nuestra leche no supone
más de un euro al mes por persona y con ello estaremos garantizando el
empleo, desarrollo y futuro para nuestra tierra. Creo que con los datos
expuestos merece mucho la pena que todos los cordobeses y cordobesas
apostemos por salvar el sector lácteo.
* Alcalde de Añora
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